Salud perdida en Acassuso: sin operativos barriales y con un hospital desbordado
Vecinos de Acassuso denuncian el colapso del sistema sanitario local. Sin controles médicos ni operativos barriales, y con el Hospital Central desbordado, la gestión actual deja a mayores y sectores vulnerables en un abandono silencioso
En Acassuso, la salud pública dejó de estar cerca. Hasta hace poco, los vecinos contaban con operativos sanitarios regulares organizados por el Municipio en las cercanías de la estación o en espacios comunitarios del barrio. Allí podían acceder a controles gratuitos de nutrición, vacunación, oftalmología, salud general y atención preventiva sin necesidad de trasladarse a largas distancias ni esperar meses por un turno. Hoy, nada de eso subsiste. La comunidad denuncia que la presencia municipal en materia sanitaria se evaporó, y que los únicos espacios disponibles para consultas son el Hospital Central —ya saturado— o algunos CAPS que no se promocionan ni tienen atención asegurada. La crisis no se limita a las zonas más alejadas de Acassuso: incluso en el casco urbano y comercial del barrio ya no hay dispositivos activos de salud pública, ni campañas visibles, ni alternativas barriales de atención. “Tuve un episodio de presión alta y no sabía a dónde ir. Antes podía hacerme un control en los operativos de la plaza, ahora tengo que ir al hospital y esperar horas sin saber si me van a atender”, relató un vecino mayor que vive a pocas cuadras de la avenida Santa Fe. El Hospital Central de San Isidro, tras el convenio firmado por el intendente Ramón Lanús con el gobierno provincial para adherir al programa SAMO, quedó obligado a atender a pacientes de toda la provincia. Como resultado, el sistema colapsó. Vecinos de Acassuso denuncian que no logran conseguir turnos ni siquiera para controles básicos, y que cuando lo hacen, las demoras superan los nueve meses. Lo más preocupante es que la población mayor —una de las más activas en la demanda de controles rutinarios y seguimiento de patologías crónicas— ha quedado absolutamente a la deriva. Muchos expresan no tener familiares que los acompañen en traslados largos ni recursos para pagar consultas privadas, pero el sistema municipal parece no ofrecer ninguna alternativa intermedia. La descentralización sanitaria fue desmantelada. Además, la falta de comunicación oficial sobre qué servicios siguen funcionando y dónde atenderse en caso de síntomas menores profundiza la sensación de abandono. “No sabemos si el CAPS de Acassuso sigue funcionando, ni qué días hay médicos. Es como si el sistema estuviera escondido”, comentó una vecina desde la zona de Mariano Moreno. La conclusión se impone sola: Acassuso ya no cuenta con un sistema de salud barrial. El Estado se retiró y dejó en manos de un hospital colapsado y de redes informales la atención de miles de personas. En un barrio históricamente organizado, la salud se convirtió en un problema sin respuesta
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