Martínez sin atención: la salud pública colapsa y los controles desaparecen

Vecinos de Martínez denuncian el colapso del sistema de salud local: caen los operativos barriales, faltan insumos y no hay turnos. Adultos mayores, pacientes crónicos y familias enteras se sienten abandonados por un sistema que antes funcionaba
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 Lo que alguna vez fue un modelo de atención sanitaria descentralizada en Martínez, con operativos de salud en plazas, campañas de vacunación y presencia municipal en los barrios, hoy es apenas un recuerdo. En 2025, la situación del sistema de salud público local entró en una etapa crítica, sin señales de mejora y con consecuencias directas sobre los más vulnerables.

Los vecinos de Martínez fueron los primeros en alertar la desaparición total de los operativos sanitarios barriales que hasta el año pasado se realizaban con frecuencia en espacios públicos como la Plaza 9 de Julio o el Paseo de Bicicletas. Ya no hay controles gratuitos de presión arterial, diabetes, oftalmología o ginecología. Ni siquiera vacunación infantil básica, lo que pone en riesgo a miles de familias.

En paralelo, los dos Centros de Atención Primaria de la Salud (CAPS) del barrio —ubicados en Diagonal Salta y en Sáenz Valiente— sufren una crisis de funcionamiento estructural. Según testimonios de vecinos y personal médico, faltan insumos básicos como gasas, guantes, jeringas, medicamentos esenciales y soluciones antisépticas, lo que obliga a suspender o reprogramar turnos. En algunos casos, los pacientes son directamente derivados al Hospital Central, que ya se encuentra colapsado.

“Vine por una consulta de rutina para mi mamá y me dijeron que no podían atenderla porque no tienen lo necesario para hacer el control. Me pidieron que vuelva otro día, pero ni siquiera me pudieron dar fecha”, relató una vecina de 64 años en una publicación de un grupo barrial.

La situación es aún más crítica para los adultos mayores, que no logran acceder a controles clínicos básicos, como cardiología, oncología y oftalmología. Estos pacientes —habituales usuarios del sistema de salud municipal— afirman sentirse desamparados por una gestión que desfinancia el sistema preventivo y centraliza toda la atención en un hospital colapsado, que ahora atiende también a pacientes de toda la provincia de Buenos Aires por decisión del propio intendente Lanús al firmar el convenio con el gobernador Kicillof.

Mientras tanto, el malestar vecinal crece en redes sociales, donde se multiplican los reclamos y las comparaciones con años anteriores, en los que la salud municipal tenía presencia activa en los barrios y se resolvían problemas sencillos sin necesidad de atravesar el caos hospitalario. Hoy, los vecinos denuncian que ni siquiera hay folletería, ni promotores, ni campañas activas, como si la salud pública hubiese dejado de existir.

Lo que más indigna a la comunidad es el contraste entre el abandono actual y los altos impuestos que pagan los vecinos, supuestamente destinados a sostener el sistema sanitario. En Martínez, la salud pública está ausente, y el Estado municipal parece haber elegido mirar para otro lado.
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