El zinc es un mineral vital que juega un papel crucial en numerosos procesos biológicos. Desde fortalecer el sistema inmunológico hasta ayudar en la curación de heridas, este oligoelemento es indispensable para nuestra salud. Se puede obtener de una variedad de alimentos, como carnes rojas, mariscos, legumbres y semillas.

Sin embargo, a pesar de sus beneficios, el consumo excesivo de zinc en forma de suplementos puede ser perjudicial. Los expertos advierten que la ingesta excesiva puede provocar efectos secundarios como náuseas, vómitos, pérdida de apetito, calambres abdominales, diarrea y dolores de cabeza. En casos extremos, puede llevar a la disminución de la función inmunológica y del nivel de 'colesterol bueno' (HDL).

Por lo tanto, es fundamental un equilibrio en la ingesta de zinc. Si bien los suplementos de zinc pueden ser beneficiosos para aquellos con deficiencia de este mineral, es preferible obtener zinc a través de fuentes naturales de alimentos. Antes de comenzar cualquier régimen de suplementación, siempre se recomienda consultar a un profesional de la salud.