Mientras una ola de frío extremo afecta al AMBA, el Hospital Central de San Isidro —uno de los principales centros de salud del conurbano norte— atraviesa una situación crítica: lleva casi una semana sin calefacción. La crisis alcanza a todas las áreas del hospital, desde la guardia hasta los consultorios externos y los pisos de internación.

La escena es desoladora. Camillas cubiertas con mantas precarias, salas heladas, pacientes internados expuestos al frío y personal médico trabajando en condiciones indignas. La única calefacción activa se limita a las oficinas de los funcionarios de la Secretaría de Salud, que funcionan dentro del hospital, y algunos sectores de terapia intensiva donde hay aires acondicionados split.

Desde el Municipio, que encabeza Ramón Lanús, no hubo explicaciones oficiales hasta el momento. El silencio contrasta con los testimonios desesperados de pacientes y familiares.

"Tengo a mi marido internado en el tercer piso. Se enfermó de neumonía por el frío que hace acá. Hasta lo estamos bañando con agua fría", denunció Claudia, vecina de San Isidro, de 54 años.

"Vine al hospital porque tenía turno con el oncólogo. No podía más del frío. Me tuve que ir", relató Graciela, de 72 años.

"Tengo un familiar internado. El Hospital de San Isidro está hecho un verdadero desastre. El frío en los pasillos es terrible. Las habitaciones de terapia son una heladera. Lo tuvieron que higienizar con agua fría porque en los baños no hay agua, y ni siquiera andan los botones de los inodoros", expresó otro vecino en redes sociales.

En pleno invierno y con temperaturas por debajo de los 3 grados, la situación no solo es inhumana, sino que pone en riesgo la salud de quienes ya están debilitados por cuadros clínicos graves. La falta de calefacción se suma a otros problemas estructurales que se vienen denunciando hace meses: falta de insumos, baños inhabilitados y equipos rotos.

La pregunta que se repite entre los pasillos congelados del hospital es la misma:
¿Quién se hace cargo del frío?