Martínez: obras eternas, veredas rotas y cero transparencia
En lugar de mejorar la circulación, las obras en Martínez la paralizan. Vecinos y comerciantes denuncian cortes interminables, veredas rotas sin sentido y sospechas de contrataciones irregulares. Mientras tanto, las calles siguen igual o peor
Lo que comenzó como una promesa de mejoras urbanas en Martínez hoy se percibe como una campaña de maquillaje superficial sin planificación ni transparencia. A más de seis meses de haber comenzado, las obras en la intersección de Av. Fleming e Hipólito Yrigoyen se convirtieron en un símbolo del malestar vecinal: calles cortadas por tiempo indefinido, embotellamientos diarios, polvo, ruido y una mugre crónica que ya afecta el día a día de vecinos y comercios. “Rompen veredas que estaban perfectas para hacer supuestas rampas que no cambian nada”, comenta una comerciante de la zona, visiblemente harta de convivir con una obra que parece no tener fin. La intervención, que desde el inicio fue señalada por los vecinos como innecesaria, suscita sospechas sobre la asignación de recursos a empresas cercanas al poder municipal. Según testimonios difundidos en redes sociales, las repavimentaciones se concentran justamente en tramos de calles que ya estaban en buen estado. Al mismo tiempo, no hay ni una sola obra nueva de envergadura en plazas, espacios verdes o infraestructura comunitaria, lo que marca un fuerte contraste con gestiones anteriores. Vecinos comentan con resignación que ya no esperan túneles ferroviarios como los de Güemes, Pueyrredón o Paraná; ahora solo piden que no se rompa lo que funciona y que se arregle lo mínimo: baches, veredas, luminarias. Pero la falta de avances no es el único problema: tampoco hay información. No se han publicado pliegos de condiciones, ni precios por metro cuadrado, ni el nombre de los contratistas. El único dato accesible son montos globales anunciados en redes o comunicados oficiales, sin desglose ni auditoría posible. La opacidad en los procesos refuerza la percepción de una gestión que gasta sin explicar. La idea del “Pavimento Electoral” —como lo llaman con ironía los vecinos— toma fuerza a medida que las elecciones se acercan, pero los resultados concretos no aparecen. En su lugar, se acumulan zanjas abiertas, veredas rotas sin sentido y promesas de finalización que nunca se cumplen. En Martínez, la obra pública ya no es sinónimo de mejora. Es sinónimo de interrupción, sospecha y frustración
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